Moros y cristianos
Tiempo de reconquista
Las embajadas recrean la lucha entre los bandos de la
cruz y la media luna para hacerse con el control de Elche
JOSÉ A. MAS/ FOTOS Y VÍDEOS: SERGIO FERRÁNDEZ
11.08.2016 | 01:07
Tiempo de reconquista
Tiempo de reconquista en les festes d´agost de Elche
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Con el Palacio de Altamira como escenario, las tropas
cristianas lograron ayer recuperar la ciudad ante el público que disfrutó con
los efectos especiales de la batalla.
La majestuosidad del Palacio de Altamira envolvió ayer
por la noche uno de los actos más vistosos y característicos de los Moros y
Cristianos de Elche. Con la participación de 200 festeros, la zona de
Transpalacio acogió las embajadas de las fiestas.
La representación arrancó con el disparo de arcabuces,
recordando el Alardo que se había celebrado por la mañana, dando comienzo una
representación histórica que este año contó con más público, en las gradas y
por los alrededores, gracias al adelanto de su inicio en un hora respecto a los
años anteriores.
Una vez que el campanario de la basílica de Santa
María marcó las 22 horas arrancó un espectáculo en el que el conflicto entre
moros y cristianos fue el protagonista, y donde acabó reinando el diálogo y el
entendimiento, por el bien de todos los pueblos.
La organización volvió a apostar por la aparición de
monjes al inicio de la representación, mientras una voz trasladaba al público
hasta la época de la Reconquista, en el siglo XIII. Este año se ha tratado de
mejorar la recreación de los poblados que aparecen al inicio de las dos
embajadas, primero cristiano y después moro, trabajando en la confección de
nuevos decorados, para dar más vistosidad a las embajadas.
Los espectadores pudieron ver un mercadillo en el
poblado con personas de todas las edades, así como nuevos establecimientos,
entre ellos una taberna. Elementos que pretenden mejorar la escenificación
apoyándose con el entorno que crea la zona presidida por el Palacio de Altamira.
También se recreó una escena de niños atendiendo a las explicaciones de un
maestro.
La primera de las embajadas, la Embajada del Moro,
escenificó en Transpalacio la toma de la ciudad por parte del bando de la media
luna. El embajador moro solicitó al centinela, mientras iban llegando sus
tropas, la presencia del alcaide, que salió del castillo acompañado por el
embajador cristiano. Tras un parlamento en el que los moros exigían a los
cristianos recuperar el control del castillo la tensión se elevó. Una tensión
que llevó al embajador cristiano a romper el documento que plasmaba las
peticiones de los moros. Así arrancó la batalla que acabó con la muerte del
embajador cristiano, a manos de los soldados moros, y la toma del castillo por
parte de las tropas de la media luna.
La lucha entre los dos bandos estuvo presente con un
gran realismo, gracias a la interpretación que cada año tratan de mejorar los
festeros que participan en las embajadas. Sin duda se trató de uno de los
momentos con más acción de las embajadas, en los que no faltaron las llamas de
fuego y el humo que salían del castillo, para dar más realismo a la acción
bélica entre moros y cristianos, que se vio enfatizada con la música.
En la segunda parte de la representación, la Embajada
Cristiana, se recreó la Reconquista, que devolvió a Elche a la Corona de
Aragón. En ella moros y cristianos dialogaron y acordaron la conveniencia de
que la villa se sometiese al control del rey cristiano, como acabó sucediendo.
La representación finalizó con la llegada a la escena
del Rey Jaume I, que tomó posesión de la ciudad tras firmar las capitulaciones
que pusieron fin a la etapa del califato árabe con su rendición ante las tropas
de la cruz.
El papel del Rey Jaime I fue representado por el
festero Miguel Olivares. Como embajador moro intervino Salvador Castaño,
mientras que el embajador cristiano fue Juan José Álvarez. El papel de
embajador de la Corona de Aragón corrió a cargo de José Manuel Botella.
En la embajada volvió a quedar constancia de la
vistosidad de los diferentes trajes que presentaron los festeros, que, apoyados
por el entorno del castillo, la iluminación y el sonido, trasladaron a los
espectadores a la época de la Reconquista.
(NOTICIA Y FOTOS PUBLICADAS POR EL DIARIO INFORMACIÓN)